Por Pietro Salemme Silvert
Finalmente la fórmula del útimo capítulo de la enciclopedia de las telenovelas, funcionó también en ATAV 2. Y la emocionalidad nos dejó una sensacion de «bien valió la espera» «bien valió el desvelo» «bien valió aguantar los cambios de horarios».
Hacía décadas que no seguía un programa a diario. Había perdido la costumbre. Vi ATAV1 desde una plataforma y a las corridas con el objetivo de llegar al estreno de la segunda temporada que se centraba en los años 80 y eso me atraía. Sin embargo, finalizadas, debo reconocer que la 1 es mucho mas interesante y el desarrollo de los personajes y actuaciones, superior.
Pero… ¿ATAV2 fue mala? No puedo pensar en esos terminos. Me costó mucho seguirle el ritmo. Los cambios de horario fue lo primero que me descantó y cada día me enojaba mas. Alguna que otra vez recurrí a verla desde Youtube, o usando la función del servicio de cable de volver 24 horas y verla en otro horario.
Que otros se queden con calificativos como se fue buena o mala. Lo importante es que ATAV2 sucedió. Pero no terminó de funcionar.
Lo mejor de ATAV2 fue la música incidental, no dejaba de sorprenderme. Y no las canciones de los 80s que cada tanto aparecían, sino la música que acompañaba escenas y que me retrotraían a novelas de aquella década y a mucho cine argentino. Ese fue el gran acierto.
ATAV2 falló en el guion o quiza en la forzada edición que comenzó a darsa cuando los números no daban. Pero tenían todo -o casi- para que fuera un gran producto. Los temas, las actrices, los actores.
ATAV2 puso como pareja central a dos hombres. Anque la pareja hétero también estaba, lo central ocurría entre esta pareja homosexual atravesando los años de posteriores a la dictadura, las razias y el sida. He llegado a pensar que el morbo y muchos hombres como deseos homosexuales dentro del armario o doble vida, acompañarían a sus mujeres a ver la telenovela…
Los temas de ATAV2 era muchos: dictadura, secuestro ilegal, tortura, desaparición, expropiación de identidad, delación, traición, homosexualidad, sida, travestismo, lesbianismo, bisexualidad, heterosexualidad (¿por qué no?), homofobia, razzias y abusos policiales, primeras maniefestaciones gays, Abuelas de Plaza de Mayo, juicio a las juntas, nietos recuperados, teatro de revistas, prostitución vip, aborto, violencia de género, ausencia de la ley de divorcio… Y mucho mas, porque de cada tema, las remas se despliegan como un rizoma. Un combo contundente para una telenovela, dijeron muchos. Puede ser… O no.
Respecto a lo relacionado con la Historia Gay que atravesaba esos años 80, ATAV2 parece haber leído la Historia y respetar mucha cosas, tomar momentos iconicos y ficcionarlos.
Por ejemplo, la folletería lgbt que se veía en las paredes de la casa de Antonio eran copias de folletería real de la epoca.
La famosa tapa de la revista «Siete Días» que marcó un antes y un después en la prensa argentina respecto a la homosexualidad, se reprodujo casi idéntica, aunque con algunas variantes. En la serie, el personaje de Roberto, no se apellidaba Jauregui, pero la inspiración y caracterización era evidente y no se la ocultaba. Sobre el verdadero detrás de escena de la verdadera tapa de Siete Dias, te dejo esta nota con imagenes exclusivas: CARLOS JAUREGUI, EL DETRAS DE ESCENA DE AQUELLA TAPA https://revistabrutal.wordpress.com/2017/08/22/carlos-jauregui-el-detras-de-escena-de-aquella-tapa/
Finalmente, quedan personajes memorables pero también un gusto amargo, porque podrían haber crecido y desarrollado mucho mas, pero la televisión tiene eso, y la edición también. La dupla de Gloria Carrá y Marina Castillo era de los mas hilarante y podría haberse jugado mucho mas. Juan Gil Navarro y Malena Solda fueron otro acierto. Julian Pucheta tuvo un personaje que podría haberse lucido mas si no fueran que los tiempos televisivos están muy lejos de los tiempos reales del travestismo. Matías Santoianni (a mi ver) fundo sus personaje en un homenaje al Huguito Araña de Hugo Arana en «Matrimonios y algo más», y fue maravilloso. Andrea Rincón fue una buena vedette con el ego mal colocado -como corresponde- lo que le daba grandes matices al personaje, aunque Jessia Abouchain fue las más icónicas tantos estéticamente en el rol de vedette de los 80s. Y si vamos a estetica ochentosa, Belén Chavanne es LA CARA de los 80s.
Meses atrás, dolido por los cambios de horario, el actor Nacho Di Marco posteó en Twitter que ATAV2 se convertiría en una serie de culto… El tiempo dirá. Y quizá algún día, se pueda VER ATAV2 sin todos los cortes que sufrió, sin las presiones del rating, verla como se la consivió.
Revista BRUTAL 