Britney Spears: No soy una santa pero conozco a Dios

por Pietro Salemme Silvert

Lo curioso es que nunca escuché un disco de Britney Spears. Y sobre su vida me llegaban rumores por redes. Y de soslayo había leído del #FreeBritney. Sin embargo algo me llevó a ir a la librería y hacerme del último ejemplar de su autobiografía que quedaba en el local. Una autobiografia que es aterradora, intensa, sensible, y apela a uno de los maximos terrores de los seres humanos: perder la libertad. Ella puede contarlo.
No se lee, te lee, te devora, te quita el sueño, te sacude el alma, te perturba. Dos noches de lectura intensa que me dejaron golpeado y con luces de esperanza.

Pasar por una clinica de salud mental es una experiencia aterradora. Ser medicado (y sobremedicado), caminar como presidiarios (porque lo estas), cuidarte las espaldas, estar en un GH lleno de camaras que vigilan como comes o como te vinculas con otros, percibir rejas y sistemas de seguridas mires hacia donde mires, tener que pedir permiso para utilizar un enjuague bucal y ser custodiado, formar fila para recibor las pastillas o anotarte dos veces al día para recibir o hacer una única llamada… Un sin fin de situaciones que casi nadie se plantea. Porque uno se levanta a la hora que puso el despertador y no a la hora en que te levanta un enfermero a los gritos y se cepilla los dientes y usa el enjuague bucal sin pedir permiso a nadie… Otros no tolerarían un día de encierro. Pero revelarse en una clinica de salud mental puede significar que te desnuden, te pongan un pañal, te aten a una cama de pies y manos y te droguen al máximo nivel para que no jodas, ni puedas entender quienes son los que se asoman a verte por la puerta y reírse de vos (son enfermeros, médicos, son otros pacientes)

La experiencia es aterradora. Y poco se habla de ello. Se pornuncia «Salud Mental» pero nadie sabe bien de que se trata, ni siquiera quienes la aplican.

«No soy una santa, pero conozco a Dios» (Britney Spears)

«La Mujer que soy», la autobigrafia de Britney Spears es mucho mas que un testimonio valiente o las palabras de una estrella del pop con conflictos. Es el registro de todo un sistema abusivo que involucra a su propia familia, los medios, la industria del entretenimiento, los sistemas judiciales y de salud.

Si una internación leve de tres semanas a un mes resulta un traumática para la mayoría de las personas, tenemos que pensar que Britney Spears fue privada de su libertad durante 13 años.

Si uno tuvo la suerte y fortaleza como para no pasar por una internación, al leer el libro podrá entender de todos modos, porque miles de veces hemos visto peliculas o series donde son ingresados pacientes que dicen estar bien y nadie les cree o se los trata con menosprecio. Aquí ocurre lo mismo. El libro de Britney es un grito guardado por 13 años pero no un grito histérico y ensordecedor, sino que unos de esos gritos que te invitan a conocer la fuente de aquel sonido.

Si hubiera que recomendar el libro diría que podrían disfrutarlo tanto los amantes de las autobiografías, como profesionales de la salud mental, y por supuesto los fanáticos de Britney. Y yo, que sin estar interiorizado en su arte y su vida, me embebí de una mujer extraordinaria. Y aunque es tan aterrador que por momentos uno siente estar leyendo una historia de Stephen King, me invita a seguir descubriendola, a descubrir su musica, sus videos. Y tener cosas de las cuales sorprenderse y descubrir es maravilloso.

Por ultimo, siempre pienso que como los vinos y las comidas, los libros también maridan, ya sea con otros libros o con objetos o alimentos. El libro de Britney marida con «Carrie» de Stephen King y con «La mujer que se estrellaba contra las puertas» de Roddy Doyle. Dos libros protagonizados por mujeres que de diferentes formas sufren ser violentadas, abusadas y que otros manejan sus libertades y hasta sus credos. Y en ambos casos, quienes las manejan, son los que están realmente enfermos.

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